La simbología de los dos planetas es muy parecida. La Luna es un planeta femenino, mientras Neptuno es un planeta neutro. La sensibilidad, la emoción, la capacidad de adaptación, la necesidad de cambios, son características comunes de los dos planetas, los dos representan los fluidos. La Luna el agua dulce: lagos, arroyos, ríos; Neptuno el agua salada: el mar, el océano, el líquido amniótico, los sueros. Las simbologías de las lumbreras se reducen al individuo, originando el típico carácter humoral, que unido a Neptuno entra en una dimensión universal, cósmica. Es como el río que sigue su cauce, aveces caudaloso y otras seco, debido a los obstáculos o a las lluvias que lo llenan, o por el contrario a la sequía que lo seca, llegando al mar, al océano mesclándose en la infinita masa de agua. De este modo la sensibilidad, la emotividad lunar, se puede transformar, si los aspectos colaterales son armónicos, en hipersensibilidad hiperemotividad que puede hacer que el individuo tenga presentimientos, o poderes sobrenaturales, a ser genial a perderse en la irrealidad, en paraisos artísticos, inverosímiles y creativos. Pero al mismo tiempo, si estos son negativos, le puede originar fragilidad, inquietud y ansia, portandolo a un mundo artificial como la droga y el alcohol. Profilos psicológicos: Los aspectos Luna-Neptuno aportan al sujeto una mente intuitiva, capaz de percibir anticipadamente, la sensibilidad, receptividad, el sentimiento y la voluntad ajena, a través de las emociones. Esto lo ayuda a prepararse psicológicamente a compartir los sucesos, las emociones jubilosas y optimistas, del mismo modo que lo ayuda a estar a la defensiva o a escapar si presiente los malos humores, las tensiones ajenas o las situaciones conflictivas, precisamente porque el sujeto detesta la violencia en todas sus manifestaciones, y por consiguiente las evita, bien aguantando o escapando. Es frágil a los estados de ánimos, a las propias sensaciones, sobre todo si los demás se identifican con las personas que él aprecia; en este caso su mente se ciega por las miles emocione que invaden su corazón. Sentimientos, que casi siempre chocan, propio por la capacidad que tienen de absorber todo lo que el ambiente y las personas le transmiten. De esta telaraña de sentimientos consigue salir victorioso, si los aspectos entre la Luna y Neptuno son positivos, dejandose llevar nuevamente por su intuición, que le indicará el camino hacia la solucción; si por el contrario los aspectos entre los dos planetas son negativos, el aislamiento, la depresión, el victimismo, serán sus instrumentos para salir. El sujeto con aspecto positivo Luna-Neptuno por estar impregnada de todas estas sensaciones y emociones, tiene necesidad de encontrar seguridad que aplaque su ansia, y esto en la mayoría de los casos analizados, lo hace introduciéndose en la colectividad, casi siempre estando en contacto con individuos que son inferiores a su capasidad o a su tren de vida, los cuales son individuos, enfermos, necesitados, impedidos, drogadictos; de este modo se sintiente útil ayudandoles, y al mismo tiempo se consuela de sus adversidades. Hay personas que tienden a aislarse en su propio mundo de fantasía, idealizando personas o sucesos; otras, se interesan y se preparan en disciplinas como Yoga, Reiki, Astrología para tener una visión mental más amplia, con la que puedan ayudar al próximo, o prestar su ayuda a personas de países subdesarrollados, bien personalmente o enviando ayuda económica. Por último, hay otras que buscan la estabilidad emotiva en el arte, abarcando todas sus facetas: la pintura, la escultura, la música, la danza. Aquellos con aspectos negativos Luna-Neptuno no confian en en su sesibilidad, en sus emociones, por lo que viven en una tal inseguridad que hace que sean inconstante, inquietos, tan patente que hace que le cuente relacionarse con los demás y muchas veces para poder vencer tales estados de ánimo, se aisla o lo supera bebiendo, fumando tabaco o porros. Esto sucede en el periodo de la adolescencia, porque en el periodo adulto, la edad de Saturno, la persona consigue controlar sus emociones y a veces manifiesta una actitud de racionalidad, rígida y construido, con la finalidad de no revelar esa inseguridad que le desencadena las emociones. El sujeto con lesiones entre Luna y Neptuno, busca la “seguridad” en modo parecido a como lo hace el sujeto con aspectos positivos, sólo que el modo de reaccionar y de relacionarse se caracteriza por la hiperemotividad que lo lleva a la discontinuidad más absoluta, crando sólo desbarajuste. En muchos casos analizados he podido constatar que el sujeto, con aspecto negativo, teme tener una vena de locura, heredada de una figura femenina familiar: la madre, una tia, una hermana, una abuela, una prima, que toda la familia la considerara anormal, bien por su modo de comportarse o por el modo de manifestar sus sentimientos, porque efectivamente sufriera de depresión o enfermedad mental. Tanto si los aspectos son armónicos como no, la mujer neptuniana desea el parto natural, mejor si es en agua, por lo que eligirá un hospital o una clínica que pueda darle esta prioridad. Con aspectos negativos pueden presentarse problemas relacionados con las aguas: parto seco por la rotura que advenga anticipadamente, o por inundación del niño si las aguas se rompe en el momento del parto. Periodo neonatal, lactancia. La madre, con aspectos positivos, consigue amamantar al hijo durante el periodo que ella crea oportuno y no el pediatra; lo hará con gusto, transmitiendo al hijo, de esta manera, la sensación que su seno es como un abrazo protectivo. Con aspectos negativos, o no tiene leche, por lo que tendrá que renunciar a amamantarlo, sintiéndolo enormemente y con gran sentimiento de culpa; o por el contrario tendrá mucha leche y podrá amamantar al crío de un modo tan gratificador que prolongará el periodo de lactancia, porque el destete para ella es un problema, por la dificultad que tiene a tomar decisiones. Infancia - adolescencia. Aspectos positivos: desarrollan una gran sensibilidad y sintonía entre la madre y el hijo a tal punto que consiguen entenderse a través de señales, de expresiones, de magnetismos que serán importante para la ayuda que la madre pueda dar al crio en los momentos de dificultad y adversidad, sin necesidad que él se lo diga. Pero en los periodos de dificultad de los padres, aunque si ellos intentan ocultarselo, el hijo los percibe, y acumulando temores y ansias hasta que se resuelve. El sujeto, ve la figura materna como una persona dulce, disponible, que le deja espacio y libertad. Esta manera de criar al hijo es debido a que la mujer nepturiana no es capaz de ponerse límites, lo hace raramente si la situación es insoportable, entonces llega a la discusión, a las prohibiciones, a los castigos, aunque si no está convencida totalmente. El sujeto con aspectos Luna-Neptuno imprime en su ánimo este modelo materno, no totalmente claro, no definido, porque pasa de momentos de sensibilidad y afectuosidad a momento en el que es evasivo. Por consiguiente el sujeto se acostumbra a vivir en una inestabilidad emotiva, por lo que, cuando llega a la adolescencia y empieza a tener relaciones o una situación estable, la monotonía, la cotidianidad y la seguridad de la relación o de la situación, lo frenan e incluso le apagan las motivaciones para tener activa o viva la afectividad, empujándolo a buscar nuevamente estímulos y relaciones. Para las mujeres, el modelo materno asimilado, representa la propia feminidad y, aunque en modo diferente, el patrón de la madre. Se caracteriza por tener una relevante receptividad y percepción, es una mujer que se emociona a tal punto que llora ante cualquier situaciones de la vida, tanto si es dramática como si es divertida. Para un sujeto varón, semejante modelo materno lo empuja a ser más sensible, rómantico y comprensible hacia la fémina y estas características suyas hacen que sea el confidente de muchas. Será dificil romper el cordón umbilical que lo une a la madre, concretamente por la telaraña de sentimientos que lo une a ella. También en los aspectos negativos la relación entre madre e hijo está impregnada de sesibilidad y sintonía, sólo que elevado a la potencia. La madre algunas veces se interesa por él, juega, es comprensiva, pero lo hace exageradamente, irracional y en esos momentos el hijo se siente unísono con la madre, aunque quizas le provoque una pizca de inquietud, debido a su imprevisible comportamiento; otras veces la madre lo descuida dandole permiso para ir a casa de alguien o dejandolo delante de la televisión, porque está ocupada en otras cosas, y esto no tendría importancia si no se hiciera en modo exagerado. Si el hijo, para llamar la atención, hace alguna travesura, ella al principio reacciona riéndose, pero después se enfada y se pone furiosa si éste persiste, porque se ve obligada a tener que poner límites. Al poco tiempo, cuando las emociones coléricas le pasan, vuelve a tener un comportamiento dulce con él, arrepintiéndose del castigo que le haya puesto o por lo que le haya dicho. De este modo el sujeto con aspectos negativos Luna-Neptuno, asimila un modelo materno inestable emocionalmente, con la consecuencia que esta inestabilidad se transforma en inseguridad, y no fiabilidad de las propias emociones y sentimientos. Para la fémina la asimilación de este modelo hace que la vida afectiva vaya vivida intensamente desde el primer momento que conoce a alguien que le gusta, seguida de muchas relacione amorosas. Para el varón esta inestabilidad emotiva lo empuja a buscar su mujer ideal, que inicialmente cuando la encuentra, vive momentos de apasionantes sensaciones, a medida que las relaciones se transfoman en rutinarias y sobre todo responsables, él empieza a patalear, a manifestar intolerancia y por consiguiente a buscar nuevas emociones, nuevas aventuras que, en la mayoría de los casos analizados, se traducen en “aventurillas”, mientras que en otros,una minoría, él se enamora platónicamente, viviendolas mentalmente, lo que le permite continuar su matrimonio o su convivencia. La Pareja. Aspectos positivos: Luna-Neptuno provocan en la fémina una continua inquietud que la empujan a buscar grandes espacios, nuevos horizontes, que desde el punto de vista sentimental se traducen en varias relaciones, con parejas diferentes. La necesidad que tiene de experimentar emociones, hace que cuando encuentra a un hombre que le gusta, desde el primer momento que lo ve inicia a fabular; imagina un plan para volver a verlo y será suficiente para ella una mirada, un pequeño gesto para hacerla feliz. Después del primer encuentro se siente en el séptimo cielo y está convencida que es el compañero definitivo de su vida. Exterioriza su felicidad: habla continuamente, sonrie y está radiante se manifiesta exteriormente. Vive siempre la relación a tope. Para ella, es normal amalgamarse a su pareja y seguirlo en todo lo que diga o haga y es importante demostrarle su amor, desde un simple tatuaje que que marque perpetuamente la relación de ellos hasta “adorarlo” y “servirlo”. Para la mujer nepturiana Si la historía se concluye con el matrimonio o la convivencia, su primer objetivo será dedicarse a cuidar la familia y la casa, aunque si desde el punto de vista práctico, es un poco desordenada y desorganizada. Si por el contrario la relación termina, el abatimiento será de padre y muy señor mio: llantos y lamentos. Exteriormente se transcurá y su rostro reflejará su crisis, a menudo se hincha como si retuviera líquido, característica que se cumple cuando dos planetas están lesionados. Sufrimiento que arrastrará afirmando que no hay otro hombre como él ..., hasta encontrar a otro, que le aportará nuevos sentimientos y nuevas emociones ayudandole a superar las anteriores. Para un hombre que en su carta astral presenta un aspecto positivo entre Luna–Neptuno, se caracteriza por tener muy desarrollada su parte femenina, por lo que la sensibilidad, la emotividad, el sentimiento, son su guía; gracias a ello entabla facilmente una magnifica relación con las mujeres, porque las ama y las comprende. Pero esto, al mismo tiempo, le proporciona inseguiridad, mucho más fuerte que la que pueda sentir una mujer, ya que por ser hombre en una sociedad machista, son características vistas como femeninas. Él es un gran amigo de las mujeres; cuando encuentra una que le gusta, consigue fácilmente conquistarla con su dulzura, con su fantasía, con su emotividad y sensibilidad que hacen que sea diferente. Pero tiene que presentar aspectos masculinos en su carta astral porque si no él no conseguirá conquistarla del todo, pues no tiene el corage de quedar nuevamente con ella, de comprometerse, aunque si la piensa 24 horas al día, a lo sumo consigue telefonarle o mandale mensajes. De hecho, un hombre neptuniano tiene necesidad de una compañera que tome las decisiones, que sea fuerte y racional, que sea capaz de darle seguridad, de ayudarlo a contener las emociones pero sobre todo de que se tome las responsabilidades. Una vez lograda la seguridad y la estabilidad de la relación, él se encuentra predispuesto a otro enamoramiento, a otra aventura, que puede ser platónica o real, según los otros planetas y los aspectos de la carta astral. En muchos casos analizado he podido ver que el hombre adulto, que ha superado los cuarenta años, con aspectos Luna-Neptuno, es fácil que se enamore de una chica mucho más joven, en estos casos, es él mismo el que lleva la voz cantante en la relación; es decir, el que toma la decisión de casarse o convivir. Con Aspectos negativos: la fuerte emotividad y sensibilidad hace que la persona sea violenta, tanto si es fémina, como si es varón; sobre todo cuando se enamora, por la exteriorización de los sentimientos, de los estados de ánimo. Por una parte querría escapar para no mostrar la exteriorización de éstos, como el rubor, el sudor de las manos, el no saber que decir o hacer; mientras que por otra parte querría quedarse para poder estar con la persona que le gusta. Algunas personas se pasan, exageran, con tal de no mostrar los propios sentimientos, se construyen una máscara de racionalidad, si Saturno radical lo permite, adoptan una actitud de alejamiento. La persona con aspectos negativos Luna-Neptuno, sea varón o fémina, vive el enamoramiento y las relaciones como si tuvieran aspectos positivos, sólo que los sentimientos, los pensamientos y las sensaciones se vuelven excesivos y por lo tanto, el comportamiento que adopta, oscila de un extremo al otro;es exagerado, metiendo en apuro a los demás o por el contrario se aisla en si mismo. Por eso, tienen necidad de encontrar una pareja que tenga iniciativa, que sea capaz de sostener una relación. En este caso, también, el matrimonio o la convivencia se hace rutinario, le crea deseo de buscar nuevas emociones que se culmine con un nuevo enamoramiento, sea real o platónico. La sensualidad. Aunque si es fundamental todo el contexto de la carta astral, no obstante la fémina con aspectos Luna-Neptuno vive a gusto la relación sexual sólo si hay sentimientos y un gran entusiasmo emotivo que le permita llegar al orgasmo. Por lo que prefiere rodearse, o crear ella misma, un ambiente acogedor, tranquilo, romántico, elegir sitios al aire libre, en contacto con la naturaleza o con el mar. Si su pareja está en armonía con ella, se deja llevar por las emociones, por sus sensaciones que le ayuda a comprender cuando es el momento más adapto para tener una relación carnal y cual es el modo o los puntos para hacerlo gozar más a su compañero, aunque si prefiere una pareja activa. Si percibe algún conflicto o contraste, he aquí que también afecta al coito, evitándolo o simplemente aludiendo el clásico “dolor de cabeza”. El varón con aspecto Luna-Neptuno se inclina hacia la relación con una mujer de las características anteriormente señaladas. El común denominador de todos los casos analizados, es la variación que tienen de parejas las personas, hombres o mujeres, debido precisamente a la búsqueda de nuevas emociones, nuevas experiencias que esto conlleva.
En la carta astral de Emiliana se nota inmediatamente los grandes trígonos que entre ellos forman Neptuno en Libra, en la casa I. y Urano en Géminis, en la casa IX y el estelium en Acuario, en la casa V. Ambos planetas reciben de Plutón un sextil en Leo, en la casa XI., el cual a su vez se opone al estelium. El conflicto interior, causado por el hecho que todas las casa están opuestas, acentuado aún más, debido a la oposición que Plutón forma con las lumbreras, porque evidencia el rechazo inconciente que los padres tuvieron cuando nació, transmitiendole un vínvulo de odio-amor durante toda su vida y que repercutirá sobre ella, desencadenando sentimientos que irán del rechazo a la aceptación, entre creatividad y destrucción. La oposición de Plutón con Venus acentuan aún más tales problemáticas indicando también la tendencia de vivir la relación afectiva de manera masoquista, empujando a Emiliana a anularse para recompensar a aquel que la llena de amor, precisamente por la desestima que tiene de si misma. El trígono que Neptuno forma con las lumbreras y Venus le sugieren como evadirse de tales comflictos, además de representar la gran sensibilidad y la gran emotividad con la que afronta su vida, la cual vive insólitamente, satisfaciendo su necesidad de libertad, de vivir en grandes espacios ideales. Y todo consigue realizarlo gracias al fantástico trígono de Urano. Conocerá muy joven a quien más tarde será su marido, con quien enjendrará un hijo. El marido, contemporáneamente al trabajo, empieza a estudiar en la Universidad y Emiliana, para ayudarlo, asume todas las responsabilidades: cuida al hijo, la casa y trabaja fuera para ayudar también económicamente a la familia. Después de diez años de matrimonio, cuando las necesidades prácticas de la vida están cubiertas; las afectivas, sesuales, se apagaban. Emiliana conoce a Stefano, se enamora y encuentra la fuerza (Marte conjunto a Saturno en quinconcio neutro al Sol-Venus) para deja al marido, y todo lo que había construido, incluso se ve obligada a abandonar al hijo (Plutón opuesto a Mercurio), sólo con algunas cosas personales en una maleta vuelve a casa de la madre. Al poco tiempo se va a convivir con Stefano, el cual tiene tres hijos de su anterior matrimonio, y trece años más tarde se casan. Consigue la custodia de su hijo y lo criará junto a los otros (Neptuno trígono a Mercurio) y permanecerá unida a Stefano otros siete años. La relación con Stefano transcurre entre rupturas y reconciliaciones y cada vez que sucede, coge su maleta y vuelve a casa de la madre. Durante estos 20 años de unión, gracias a las condiciones económicas de su compañero (Júpiter en Libra, Neptuno trígono al Sol; neptuno representa el dinero líquido) consigue satisfacer su deseo de viajar (Neptuno trígono a Urano, en la casa IX y ambos trígono con estelium), de jugar en el casino (un cúmulo en V), de buscar y encontrar algún trabajo, aunque si nunca en su vida ha tenido un trabajo fijo. Deja a Stefano, a pesar de que él intenta por todos los medios persuadirla, pero esta vez, escucha los consejo de los amigos y se va con lo que le corresponde financieramente, monta una agencia de viaje con su hermana, la cual hará el trabajo con dedicación y constancia, mientras ella la ayudará cuando encuentra el tiempo libre entre un viajo y otro. Ante la imposibilidad de ir al casino a jugar, se dedica al juego de bridge, se inscribe al circulo y será allí donde encontrará su tercer compañero que tiene 26 años mayor que ella, es un hombre rico que ama viajar. Junto a él empieza de nuevo a palpitar su corazón y a experimentar nuevas emociones, pero sobre todo, Emiliana se siente atraida de su mentalidad abierta, que le permitirá vivir juntos, sintiéndose libre.
traducción: Isabel Jiménez Martín
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